En las tres últimas temporadas, nuestro equipo ha sido victima de clarísimas arbitrariedades, nunca compensadas con el efecto de la célebre frase de que los árbitros unas veces te dan y otras te quitan. No, a nosotros siempre nos quitan y nuestra directiva, inexperta y carente de toda influencia contempla impotente con una resignación que raya en lo patético, como en los despachos se deciden poco menos que a dedo quienes suben de categoría. Pero como no tenemos ánimo, espíritu ni deseo de ser denominados el segundo pupas del país, vamos a centrarnos exclusivamente en la campaña presente. Sin exageración alguna y en la mayoría de los casos con la TV como testigo de piedra, los árbitros nos han restado esta temporada tirando por lo bajo, la friolera de 11 puntos, a saber: Tenerife 3, Vigo 3, Tarragona 2, Madrid 1 y Huesca 2. Obviamente nosotros hemos perdido muchos puntos asequibles en casa, casos del Alicante, Nástic, etc… y fuera hemos hecho papeles poco decorosos en partidos fundamentales (Jerez), pero eso entra dentro de lo previsible en la larga marcha de cualquier equipo y no le da a nadie ningún derecho a hacer lo que estamos denunciando. Sí, nos han restado 11 puntos como mínimo y con que únicamente hubiesen sido 3 (quítenselos por ejemplo al Tenerife de la tabla, agréguenselos al Hércules y vean lo que ocurre), la cosa cambiaría radicalmente, ¿o nó?. Es evidente que hay una mano negra en algún lugar que le tiene echado el ojo a nuestro club desde hace tiempo y que no nos va a dejar medrar mientras pueda y por ello estamos obligados a reaccionar de forma contundente, imaginativa y efectiva. Luego haré alguna propuesta, pero antes deseo poner un ejemplo claro y evidente de estas arbitrariedades. Retrocedamos al partido en casa ante el R. Murcia que ganamos por 3-2. El arbitro era el descendido Teixeira y en dos ocasiones con sendos penaltis hizo que empatásemos el encuentro (el primero dudosísimo, el segundo totalmente inexistente), finalizando el encuentro con un sin fin de golpes francos alrededor de nuestra meta en busca del tercer empate. Pues bien, como finalmente gracias a un gol indiscutiblemente limpio de Delivasic no consiguió su objetivo de que sumásemos únicamente un punto en aquel encuentro, para que no nos distanciásemos demasiado del R. Zaragoza, en Huesca este mismo Sr. (por llamarlo de alguna manera educada), se tomó la revancha, o mejor dicho, cumplió por fin con los deseos y dictados del propietario de dicha oscura mano. Y así, de este modo tan indecente, van escribiendo año tras año la historia del balompié patrio. Ante todo esto y como socios y/o simples aficionados ¿qué podemos hacer?. ¿Cruzarnos de brazos y dejar que nos las den todas en el mismo lado?, ¡NO!. ¿Esperar a que fallezca el propietario de la asquerosa y sombría mano? ¡NO!, puede que viva muchos más años que muchos de nosotros. ¿Esperar a que se le olvide la ojeriza que le tiene a nuestro club y que la tome con otro? ¡NO!, su obsesión es perseverante y pertinaz. Entonces ¿qué podemos hacer?. Está claro que solamente una cosa, ¡PROTESTAR!, pero haciéndolo de un modo original, no como cuando la pasada campaña mostramos a la salida de los equipos y el cuarteto arbitral unas tarjetitas rojas que ya están muy vistas en otros estadios y se las pasan los estos y sus jefes por el forro de donde todos sabemos, ¡no!. La protesta tiene que ser impresionante y contundente a la vez que original, para que tenga una repercusión nacional en todos los medios de comunicación. En este sentido, yo voy a proponer dos tipos de actuación y obviamente para asegurarnos de alcanzar la repercusión deseada, ambas habrían de ser ejecutadas preferentemente en partidos televisados. La primera consistiría en nada más pitar el arbitro el inicio del encuentro, alzarnos todos los espectadores en pie y girarnos de espaldas al terreno de juego en un respetuoso silencio por espacio de 5 minutos, sin girar la cabeza lo más mínimo. Esto no lo ha hecho nadie aún y dejaría más que impresionado al trencilla de turno a la vez que medio desarmado a su oculto jefecillo. La segunda que no es incompatible con la primera, sino más bien complementaria de la misma, consistiría en efectuar en el primer partido que televise canal + la próxima temporada una huelga general de espectadores de modo y manera que pareciese que se trata de uno de esos partidos que por sanción federativa han de disputarse a veces a puesta cerrada, es decir, cero espectador. Obviamente con las consiguientes pancartas breves pero claras y concisas del motivo de tal vacío. Si consiguiésemos hacer ambas cosas, es seguro que nadie volvería a dudas jamás del temple y categoría de esta afición y ciudad, que por todo lo visto hasta la fecha, alguien ha tomado por el pito del sereno, por no decir algo más gordo y quedaría definitivamente claro que no pretendemos que no regalen nada, sino que no nos quiten tanto. Quedo a la espera de vuestro parecer y comentarios. ¡Saludos a todos!.
Yo lo siento pero pase lo que pase voy a ir siempre al Rico Perez, y giraria la cabeza para ver el partido.
Más dificil es hacer la ola y la hacemos a la perfección. Lo que se plantea es una cuestión de justicia y orgullo herido, no de dificultad. Por otro lado, le diré que como Vd. sabe, la idea está ya echada y si los herculanos no somos capaces de realizarla, lo hará (no muy tarde) otra afición com más co... raje. ¡Saludos!
Estimado amigo: Los grandes logros y avances de la sociedad, se han realizado siempre con titánico esfuerzo, tremendo sacrificio y perseverancia. Si Vd. carece de la mínima voluntad para (por ayudar a su equipo) sacrificar cinco minutos de "espectáculo", comprendo perfectamente que tenga motivos suficientes para sentirlo. ¡Saludos!.
No, simplemente prefiero estar animando y viendo a mi equipo antes que hacer una protesta que al arbitro le va a dar igual.
Estimado amigo: Nadie tiene la pretensión de arreglarlo "todo". La única aspiración de la propuesta, es obtener un trato arbitral mas justo e imparcial. De lo demás ya se encargarán nuestros excelentes profesionales. Muchísimas gracias por iniciar su respuesta confirmando certeza. ¡Saludos!.
