Resumen: Indiferencia y desvergüenza. Lo mejor: 1.- Aunque el partido no nos descubrió nada que no supiéramos, por lo menos sirvió para remarcar, dolorosamente, la nefasta planificación deportiva de la temporada: - centro de la defensa precario, en una plantilla que empezó la liga con sólo tres centrales y se quedó con dos tras el mercado invernal. Ayer sólo jugó uno. - zona lateral de la defensa desmontada, en una plantilla sin laterales de recambio. Por la izquierda, un lateral con 38 años, todavía capaz siempre que hubiese gozado de descanso con rotaciones que nunca llegaron, porque su recambio fue cedido a La Roda. Por la derecha, un honrado y poco dotado funcionario del balompié, que no ha tenido que competir por la titularidad. - por el centro del campo, el hijo adoptivo de Manolo Herrero, sólo capaz de hacer dos partidos decentes por temporada. Y a su lado, y jugando porque no había otro, un bulto sospechoso disfrazado de futbolista, fichado por dos años a mayor gloria de los beneficios personales de Ramírez. - y delante, jugando los 90 minutos, el fichaje estrella del mercado de invierno: el delantero suplente de un equipo en descenso a tercera. 2.- Aunque el partido no nos descubrió nada que no supiéramos, por lo menos sirvió para remarcar, dolorosamente, la escasa honradez profesional de unos privilegiados que hace meses cobraron por adelantado su inmerecido sueldo. Repasemos: 20-abril: Chema: "No debemos bajar los brazos por respeto a la afición y al club" 21-abril: Román: "Mientras hayan opciones de play off este equipo no se va a rendir" 18-abril: Luque: «Nos queda honrar el escudo hasta final de Liga» bla, bla, bla, bla ... 3.- Aunque el partido no nos descubrió nada que no supiéramos, por lo menos sirvió para remarcar, dolorosamente, que la toalla se arrojó en aquella esperpéntica ratificación colectiva de Tevenet. Se han dejado escapar innumerables ocasiones de reengancharse en la lucha por la promoción. ¿Por qué? Ayer, sin ir más lejos, de haber ganado, estaríamos a 3 puntos del cuarto. Lo peor: La indiferencia de la grada. He aquí al fruto del Ortizismo. Indiferencia no sólo por lo que se ve aquí y ahora, sino porque los 4.000 irreductibles, al mirar hacia delante, sólo ven que , quienes han colocado a la institución en situación de muerte económica (y que también han diseñado tal vomitivo proyecto deportivo), son los mismos que se postulan para capitanear este buque fantasma por los siglos de los siglos. Indiferencia comprensible, pues es realmente difícil identificarse con este engendro borroso llamado Hércules de Ortiz SAD.
