Hoy a las 19.45 seran presentados los juegos olimpicos y la critica dice que el espectaculo que se hara para la presentacion es el mejor de todos los tiempos. salu2
Pues yo ya estoy preparado (como llevo haciendo desde Seul 88 en que tenía 9 añitos) a sentarme con mis padres en el sofá y disfrutar de la ceremonia de apertura de los JUegos y soñar durante 15 días que el mundo es un lugar mejor, que el deporte une y que los deportistas engrandecen con su esfuerzo al Ser Humano. Ya sé que todo es mentira, pero a veces soñar merece la pena y ayuda a uno a reconciliarse con este mundo de mierda. Y ver a una deportista como Isabel Fernández llevando nuestra badera va a ser uno de esos pequeños guiños al sueño. Por unos minutos una ilicitana-alicantina humilde y grande a la vez desplazará de las pantallas a todos esos que ocupan portadas a diario sin merecerlo. ¡¡QUE COMIENCEN LOS JUEGOS!!
Por lo que he podido apreciar un gran aplauso a los deportistas Irakies, la ceremonia me ha gustado, y el estadio me encanta, Viva Calatrava
Ayer estuve viendo la ceremonia de apertura y de vez en cuando ponía la SER para cambiar de aires (que soso que es J.A. de la Casa). Pero esto que voy a contar no lo escuché me lo contó un amigo. Parece ser que cuando empezaron a desfilar aquellas estatuas humanas que representaban la Historia de Grecia, cuando salió la figura de HÉRCULES, Tomás Guasch dijo: "¡Y el Rico Pérez se pone en pie!"... Y es que por fortuna en España las palabras Hércules y Rico Pérez siguen estando vinculadas para siempre y representan a nuestra ciudad. AL margen de esta anécdota la ceremonia me pareció bastante innovadora (Barcelona lo fue y desde entonces nada había cambiado mucho) e interesante. Eso sí, la encendida del pebetero fue bastante lamentable, especialmente por el misil que ha hecho Calatrava que parece más una central eléctrica que una llama olímpica y que además por su mecanismo dejó bastante en evidencia que la antorcha no encendió el pebetero (cosa que aunque es normal conviene disimular para no quitarle encanto). La idea era muy buena (el pebetero se agacha ante el atleta y después, encendido, se eleva hacia el cielo), pero resultó bastante mal.
