Sandro Laranjeira y su final en el Hercules

http://www.elmundo.es/1998/12/18/deportes/18N0103.html

Aparecen pintadas en el estadio del Hércules que amenazan al jugador negro - Un investigador contratado por la directiva hizo un informe sobre las salidas nocturnas del futbolista portugués


«Sandro, tu caza comienza, cerdo»




TOMAS MOYA
ALICANTE.- «Sandro, tu caza comienza, cerdo». Así rezaba la pintada que apareció ayer en la fachada del estadio alicantino José Rico Pérez. Las diferencias entre el centrocampista negro portugués y la afición blanquiazul han llegado a un extremo insostenible. En el último encuentro, Sandro Laranjeira supuestamente realizó gestos despectivos hacia las peñas alicantinas que se habían desplazado hasta Albacete. Las agresivas pintadas fueron tapadas inmediatamente ayer, con pintura blanca, por orden de la directiva.

En una semana en la que el fútbol ha estado especialmente sensibilizado por el asesinato del aficionado donostiarra Aitor Zabaleta, las expresiones de violencia continúan en los campos españoles. La hinchada alicantina ha encontrado en los jugadores a los responsables de la situación que atraviesa el Hércules, que parece encaminarse al descenso.

En las paredes del Rico Pérez aparecieron ayer más pintadas, dedicadas a la plantilla en general: «Judas, no sentís los colores».

Sandro insiste en que el pasado domingo fue un espectador el que lo provocó: «Saltó al campo, me insultó y tuvo que pararle la policía. Yo le señalé y me reí de él, pero no de los demás».

Recibimiento.- El Hércules volvió a perder, por tercera vez consecutiva. A la llegada a Alicante, alrededor de 80 personas esperaron a los jugadores en el Rico Pérez. Alguien avisó a Sandro para que se bajase del autobús antes de llegar al estadio.

El Hércules está tercero por la cola en la clasificación de la Segunda División y a un paso del descenso. Su presidente, Francisco Peris, falleció hace 15 días; los responsables técnicos dimitieron por los malos resultados que ha cosechado el equipo y el nuevo entrenador, Periko Alonso, no encuentra el rumbo adecuado para solucionar la crisis deportiva.

La afición tiene a su culpable. El centrocampista luso ha sido el fichaje más caro de la historia del Hércules: costó 180 millones de pesetas. Sandro es conocido en Alicante por sus salidas nocturnas y su nula aportación al equipo. Su historia es sencilla: joven promesa del fútbol portugués que ficha por un club, que no es lo que le habían vendido. Llegó a Alicante hace ahora dos años, con el Hércules en Primera División. Vivió el descenso de categoría y desde entonces comenzaron a gestarse sus problemas con la afición alicantina.

Sandro cumplió ayer con su rutina y llegó a las 10.00 horas al entrenamiento. Fue un amigo personal, el presidente de la peña Las Banderas y también portugués, quien le comentó la existencia de las pintadas. El jugador tuvo la peor reacción posible: se encaró agresivamente con un periodista, gremio al que considera responsable de su actual situación.

La directiva del Hércules contrató los servicios de una empresa de detectives para seguirle los pasos durante sus salidas nocturnas. El fallecido Peris hizo públicos los resultados del informe de los detectives: «Lo pillamos por las calles de Alicante, en moto y a 200 kilómetros por hora».

Muy solo.- Tampoco ha sido buena su relación con los entrenadores que ha tenido en el Hércules. En la época de David Vidal dijo que se sentía muy solo y que nunca había tenido continuidad con ningún responsable técnico.

Sandro reconoce que en su primer año cometió algún exceso, «aunque estos problemas ya los solucioné con el señor Peris».

Ahora Sandro Laranjeira tiene miedo a que su carrera profesional se vea truncada. Su cláusula de retención es de 1.500 millones de pesetas y le resta un año y medio de contrato. «Ya nadie pagará ese dinero con todo lo que se está hablando sobre mí», señala con desánimo.

El jugador cree que «cuando el Hércules gana, gana el equipo y cuando pierde, pierde Sandro». Por ello teme que el próximo domingo la actitud de la afición sea más contundente que nunca y que las iras del público alicantino vuelvan a centrarse sobre su actuación.

Pese a las pintadas amenazantes que aparecieron a primera hora de la mañana, el centrocampista portugués no tiene miedo. Pero la presión de la afición comienza a hacerse notar también por la calle. Los futbolistas blanquiazules están en el punto de mira de una ciudad que ve cómo su equipo se hunde.

Funcionarios del club disimularon con cal las pintadas que aparecieron en las paredes del campo. Más difícil es sellar las conductas intolerantes y las expresiones de violencia de grupos de aficionados que emergen en los campos del fútbol español.

 

Yo,junto con otros mas,fui uno de los que en aquel partido,Sandro,nos hizo un corte de manga cuando se iba al vestuario sustituido.Mercenario..